El día mi límite casi estuvo pasando
Ya
estaba despierta antes de que mi despertador sonaba esta mañana. El sueño
intranquilo todavía estaba en mi cuerpo cuando miré la fecha en mi móvil – el
23 de abril. Mis amigos catalanes habían hablado mucho de este día; “¡Las rosas
huelen de puta madre y el ambiente esta tope guay!” Todo
sonaba festivo, pero cuando dijeron; “¡Las
calles van a colapsar de gente!” mi corazón dejó de latir unos segundos.
Lo que pasa es que tengo miedo al contacto físico y
por esto una marabunta hermana no es mi cosa favorita del mundo.
Sin
embargo me decidí a enfrentar mi miedo y fui al centro. Ya antes de llegar a La
Rambla podía sentir la atmósfera de
fiesta que flotaba en el ambiente. La gente en la calle estaba feliz y se
podía ver hermosas rosas por todas partes. La Rambla era como me había
imaginado; había un muchedumbre de gente,
estaban como sardinas en una lata y
los puestos estaban llenos de rosas y libros. Mi corazón empezó a latir más
rápido. La idea de cruzar el rio de
gente en La Rambla me dio náuseas y repentinamente perdí de todo mi valor.
Huí del centro y me dije que tenía que vencer esta lucha otro día.